En mi caso, la fisioterapia, la considero una VOCACIÓN.
Vocación y necesidad de hacer sentir mejor a cada persona que se acerca a mi clínica, no sólo físicamente, sino intentando ir un poco más lejos, empatizar y poner todo nuestro ser, con el fin de mejorar la vida de esa persona, en la medida de nuestras posibilidades.
Considero fundamental conocer los hábitos y expectativas de cada persona, no siempre son realistas, pero hay que saber explicar en qué va a consistir su proceso de recuperación y superación, y juntos, implicarnos al máximo para conseguir el resultado más óptimo posible.
Por todo esto, mi punto de partida es realizar una historia clínica completa de fisioterapia al paciente, seguida de una exploración física minuciosa, con el fin de conseguir el diagnóstico más concreto posible, enmarcado, todo ello, en el conocimiento profundo de base anatómica, fisiológica y del proceso fisio-patológico.
Con está metodología de trabajo, en FISIOTERAPIA ACUEDUCTO, podremos aplicar el tratamiento más adecuado a cada persona.